miércoles, 11 de julio de 2012

Capítulo 1 (parte II)

Respiro hondo, sintiendo la sensación de libertad, la fragancia de paz, el aroma de la naturaleza. El bosque es una extensión de mí, aquí es donde soy verdaderamente feliz conmigo misma. Aunque a veces me recuerda a la primera Arena o a Gale, y esto me hace sufrir. Pero hoy el bosque no es nada más que mi refugio. El plan para hoy es estar cazando toda la mañana, después ir al Quemador a regalar las piezas y volver a casa. No sé cómo Peeta no piensa que soy estúpida teniendo estas reacciones cada vez que el peligro me acecha, pero es algo que no puedo evitar. Apunto mi objetivo con el arco y las flechas que he rescatado del mismo hueco del árbol de hace años. Es una ardilla. Disparo y no fallo; en el ojo, como siempre. Voy a cogerla cuando un chasquido suena detrás de mí, me giro pero no hay nada. Apunto a la maleza un buen rato hasta que me canso y me convenzo de que no hay nadie siguiéndome. Sigo mi camino, derribando liebres y pavos silvestres. Mi intención es llegar al lago, dónde asaré un conejo y comeré contemplando el cielo. Pero algo me dice que hoy no voy a poder llegar a mi destino. Los ruidos detrás de mí aumentan a cada paso que doy, estoy intentando no darle mucha importancia porque puede que solo sea mi imaginación o algún animal extraviado en busca de comida. Pero al darme la vuelta distingo una sombra entre los arbustos. Cargo una flecha. Estoy apunto de soltar la cuerda cuando veo la mata rubia de pelo de Jaden. La flecha se clava en un árbol a escasos centímetros de él.
-¿Qué haces aquí?-pregunto alterada porque he estado a punto de matar a mi propio hijo.
-Yo...-comienza.
Suelto el arco y corro hacia él. Lo abrazo con fuerza y sollozo levemente pensando en qué hubiera pasado si la flecha llegara a atravesarlo. Él intenta zafarse de mis brazos y se queja para que le suelte.
-Mamá, estoy bien, déjame.
-No vuelvas a hacerlo, no vuelvas a cruzar la valla sin permiso.
-Pero si no tiene electricidad, además te he estado siguiendo todo el rato, no me hubiese pasado nada.
-Me da igual. Jaden el bosque está lleno de peligros, podrías pisar un trampa, perderte, ser perseguido por un jauría de perros salvajes o ser atravesado con una de mis flechas.
-Vale, no lo volveré a hacer, pero es que quiero aprender a cazar, a usarlo-señala el arco.
-Te enseñaré, pero la próxima vez que quieras ir al bosque me tendrás que pedir permiso. ¿Tú padre sabe qué estás aquí?
-No, se supone que estoy en el colegio- ríe.
-No tiene gracia, jovencito que sepas que estás castigado. Esto de saltarse las clases no se hace, y lo sabes. Vayámonos.
-¿Ya? Enséñame.
-No te lo mereces.
-Por favor, por favor, por favor. Prometo no volver a escaparme y sacar las mejores notas, por favor...
-Vale, está bien. Lo haré.
El resto de la mañana la pasamos intentado que Jaden de en un árbol a unos 10 metros de dónde estamos. Mi hijo, con sólo 11 años, tiene una puntería que sólo ha podido heredar de mí. Aprende bastante rápido y maneja con soltura el arco aunque es muy grande para su edad. La próxima vez me aseguraré de coger el arco con el que yo misma aprendí y cacé las primeras veces. Cuando sentimos hambre, le enseño unos cuantos arbustos que producen bayas comestibles y le explico cómo diferenciar cuáles son venenosas y cuáles no. Volvemos a casa. Él parece estar muy contento con la excursión del bosque y, aunque yo también me siento feliz por enseñarle mis conocimientos, siento que todavía no es el momento. Entramos en casa y vemos que Peeta ha traído varias barras de pan y que hay sartenes y cacerolas por todas partes.
-Parece que tu padre ha estado un poco liado-digo- espera aquí,voy a traerte algo.
Subo las escaleras corriendo y entro en mi habitación, me dirijo a la cómoda y saco del interior de uno de sus cajones el libro de mi padre, ese que contiene tanta información, el libro en el que Peeta dibujó todo lo que le dije cuando estaba en casa lesionada, antes del Vasallaje. Bajo las escaleras y le doy el libro a Jaden.
-Cuídalo, dentro está todo lo que necesitas saber- le revuelvo el pelo y sonrío.
-¿Has acabado el colegio antes?¿Dónde está Sarah?- pregunta Peeta.
Le explico a Peeta todo lo que ha pasado y parece algo molesto con la actitud de su hijo. Podía haberle pasado cualquier cosa en el bosque y él jamás se lo hubiese perdonado. Pero una parte de él se alegra de que Jaden haya salido igual que su madre, con la misma energía, los mismos intereses y la misma personalidad.
-Hoy comeremos en el jardín-anuncia entusiasmado- yo me encargo de todo.
Nos echa de la cocina y nos mete en el salón cerrando la puerta. Jaden y yo nos miramos y nos encogemos de hombros. Nos sentamos en el sofá y abre el libro mientras apoya su cabeza en mi pecho. Mira las páginas con detenimiento, pasando los dedos por los dibujos y admirando la caligrafía de cada párrafo. Lee y lee mientras le acaricio el pelo. A veces se le presentan dudas que no tardo en eliminar. Pasan un par de horas y Peeta no nos deja salir de aquí. Al rato, llegan Sarah y el olor a estofado desde el pasillo.
-Papá quiere que le ayude a sacar las sillas y la mesa, pero dice que vosotros dos no os mováis. Ya os avisará cuando podáis salir-dice ella cogiendo una silla y saliendo fuera.
Cuando Peeta nos levanta la condena y nos deja salir al jardín noto que me mira de manera rara. Está como nervioso, intentando evitar que nuestras miradas se crucen. Me recuerda a cuando aún quedaba algo de veneno de rastrevíspula en su interior y no podía mirarme a la cara. Por un segundo pasa por mi cabeza la fugaz idea de que todavía no esté totalmente recuperado. Al pasar por su lado, pasa su brazo por mis hombros y me besa en la cabeza. Salimos fuera y me encuentro con un banquete sobre la mesa blanca que tenemos normalmente en el porche y que ahora se encuentra en mitad del jardín. Sarah y Jaden se ríen gracias a una de las bromas de Haymitch.
-Hoy comemos todos juntos-dice Peeta-. He preparado tu comida favorita.
-Gracias, Peeta.
Nos sentamos con el resto de la familia y degustamos el estofado de cordero que Peeta ha preparado. Siempre se le dio bien la cocina, no como a mi. Pasan los minutos y disfruto del ambiente que hay entre nosotros. Haymitch no para de hacer reír a mis hijos, y estos se ven tan sanos, tan felices que soy incapaz de dejar de sonreír. Peeta sigue raro, apenas habla con nadie, y está sumido en sus pensamientos. Tampoco come mucho y me está empezando a preocupar, así que me armo de valor y le pregunto en voz baja:
-¿Estás teniendo un ataque?¿Han vuelto los flashback?
Me mira corriendo y niega con la cabeza. Me coge la mano entre las suyas y la besa despacio. Vuelve a mirarme a los ojos y sonríe levemente. Entonces se acerca más a mí, para que lo que vaya a decir no sea escuchado por nadie más:
-Esta tarde, en el bosque, te lo cuento.

Haymitch se ha ofrecido voluntario a quedarse de niñera cuando Peeta dice que quiere estar a solas conmigo hoy. Es algo extraño, ya que él y yo no solemos dejar a los niños solos en ningún momento. Me visto con la ropa de caza y tras despedirme de los niños, me voy con Peeta al bosque. Esto es más raro todavía. Él nunca lo ha pisado, nunca ha traspasado la valla que rodea al Distrito 12, pero, hoy, por un motivo que ignoro, lo va ha hacer por primera vez. Dejamos atrás la Pradera y tras cruzar la valla, nos adentramos en el bosque. Le enseño el árbol dónde guardo el arco, pero no lo cojo, algo me dice que no estamos aquí para cazar. Y no me equivoco.
-¿Hay algún sitio especial dónde te guste estar?
-Está algo lejos.
-Enséñamelo.
Caminamos y caminamos, cogidos siempre de la mano, hasta que llegamos a mi lugar favorito del bosque, aunque me traiga recuerdos nostálgicos. Es el lago donde aprendí a nadar con mi padre. Dónde está la casita de ladrillos. Él parece asombrado con el lugar tan fresco y verde, fascinado por la tranquilidad que transmite. Se acerca al agua y coge un poco entre las manos.
-¿Te gusta?- le pregunto acercándome.
-Es fantástico- admite y me salpica agua.
Comenzamos una guerra y al final acabamos empapados, tumbados en la orilla, besándonos con pasión y sintiendo que este momento es mágico. De repente se detiene y me acaricia la cara mientras observa mis ojos, aprovecho este momento de debilidad para rodar y quedarme encima de él. Le sujeto las muñecas contra el suelo y sonrío.
-Te quiero-dice.
Pero no contesto me quedo maravillada con sus ojos a la luz del sol, con sus largas pestañas doradas. Le suelto las muñecas y me acurruco en él, dejando mi cabeza en su pecho para escuchar cómo le late el corazón. Pienso que si no hubiese desafiado al Capitolio con las bayas, si lo hubiese matado en algún momento, si ninguno de los dos hubiese luchado por estar juntos, este momento jamás hubiese podido cumplirse. Nunca sabré si me hubiese casado con Gale, si mi hermana seguiría viva, o si alguna vez hubiera tenido hijos. Pero sé que Peeta es la elección correcta, que él es todo lo que necesito para sobrevivir, para ser feliz, para tener momentos inolvidables y para que las pesadillas desaparezcan gracias a sus besos y abrazos. Sin Peeta estaría perdida.
-Hay algo que quiero decirte-suelta de repente y siento una punzada de miedo.
Me incorporo y me siento a su lado mirándolo a los ojos y deseando que lo que tenga que decirme sea algo que no tenga que ver con las elecciones o algo relacionado con los Juegos.
-¿Qué ocurre?
-¿Recuerdas la primera vez que me besaste? No sé qué significó para ti, pero a mi se me rompieron todos los esquemas. Cuando posaste tus labios sobre los míos supe que jamás iba a dejar de quererte y que pasara lo que pasara nunca podría permitir que nadie te hiciera daño. Aunque yo mismo te lo hice.
-Peeta, ya hemos hablado de esto. Fue culpa del Capitolio, tú no podías hacer nada contra el veneno...-pone un dedo en mis labios y me obliga a silenciarlos.
-Lo sé, pero a veces me siento demasiado culpable. No sé cómo pude pensar en matarte.
-Yo casi te mato-le recuerdo.
-Porque yo iba a hacer lo mismo contigo.
Hay un silencio incómodo entre los dos. No quiero tener una conversación de este tipo, no quiero abrir las cicatrices del pasado.
-Siempre he querido preguntarte algo-dice-¿cuándo te diste cuenta de que me querías?
Uff...Esa es de las difíciles. En los primeros Juegos besé a Peeta muchas veces, pero solo era para intentar salvarnos a ambos. Sin embargo, hubo un beso que me hizo desear más. Quizá esa fuese la primera vez que indicó que sentía algo por él. Luego fue el Vasallaje, recuerdo con dolor cómo tocó los límites del estadio, cómo salió despedido, cómo quedó inerte, y a mí corriendo hacia él, llorando desesperada. Esa fue la primera vez que supe que no podría perderlo. Y luego vinieron más momentos, esa segunda vez que deseé más y más. Pero nos separaron. Quedé muy tocada cuando me desperté y él no estaba junto a mi. Me perdí a mí misma y no dejaba de desear que estuviera bien.
-Creo que siempre, en el fondo, he estado enamorada de ti, pero me di cuenta de lo que sentía cuando te vi en la televisión, en una entrevista con Caesar. Era la primera vez que te veía después del Vasallaje y créeme, me devolvió la vida.
Se queda callado, pensativo, mirando las ondas que forma un pato nadando sobre la superficie del algo, al cabo de un rato dice:
-Siempre he tenido miedo de asustarte, de que por el veneno y mis reacciones me abandonases.
-Peeta, eso nunca va a pasar. Nunca.- le cojo las cara entre mis manos y lo beso- Soy incapaz de hacer eso, tú eres mi vida, eres el sol que necesito para renacer, la luz que me guía y salva en los momentos oscuros-hago una pausa para tomar aire y continúo- no concibo la vida sin ti.
-Eso me lo dijiste en la entrevista después de ganar la primera vez, ¿real o no real?
-Real-admito- y ahora es mucho más verídico que antes.
-Entonces me queda una última pregunta,- se aparta de mí, me mira durante segundos a los ojos y cuando el sol está cayendo en picado para dar paso a la noche, se pone de rodillas, sonriente saca del bolsillo una cajita y la abre, entonces veo un anillo plateado precioso- Katniss Everdeen, la chica en llamas, ¿quieres casarte conmigo?

5 comentarios:

  1. Me ha encantaddoo la historia , y la trama , ya tienes escritos los siguientes??Si es asi , porfiii pasamelos o subeloss , no me puedess dejar asii .Porrrrfavorrrr!

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  2. Muchas gracias :) Estoy en proceso de escribir todos los demás, pero tengo completos el 2 y el 3 que en breve los subiré, espero que puedas esperar al menos un par de días ^^
    De nuevo, gracias!

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  3. Que buena idea, me encantan!!

    BSS...desde el blog de Fr@nela

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  4. Me encanta!!!! Pasate por mi blog: modafamosospeliculas.blogspot.com, ya te sigo

    Un beso:)

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