jueves, 19 de julio de 2012

Capítulo 4 (Parte II)


Por el camino, Sarah recoge más plantas silvestres así como raíces. Jaden ha cazado otro conejo y yo me he tomado la libertad de cazar un pavo silvestre despistado. Con lo que tenemos decido que es suficiente y de que es momento de llegar al lago, encender un fuego y asar nuestra comida.
Cuando me abro paso entre los últimos arbustos antes de ver el agua cristalina diviso una mata de pelo rubio cerca de la orilla. Sigo caminando con algo de sigilo y agazapada, ya que no sé quién puede venir aquí. Sin embargo, a medida que puedo ver la espalda de esa persona me doy cuenta de que la conozco perfectamente.
-¿Peeta?
Mi futuro marido se vuelve para ver a su familia al completo y esboza una sonrisa al tiempo que se seca las lágrimas. Jaden y Sarah salen corriendo para abrazarlo y yo me quedo algo más rezagada. Durante todo el trayecto he estado pensando mucho en nuestra relación. Hemos pasado 16 años juntos, unos mejores que otros, y sé lo mucho que me quiere. Me lo ha demostrado siempre, incluso cuando estaba envenenado. La forma en la que luchó para librarse del veneno sólo por amor, por no hacerme daño, por poder estar juntos. Y yo casi nunca le he demostrado que también le amo. Puede que no al principio no le quisiese, eso es algo que todo el mundo sabe, pero a medida que ha ido pasando el tiempo, el amor ha ido aumentado en consecuencia. Todos los momentos que hemos pasado, desde que me tiró el pan aquel día, hasta esta mañana. No puedo olvidar ninguno de los besos que me hicieron desear más, no puedo negar que no le quiero, y no puedo permitir perderlo. Si hemos superado dos Arenas y una guerra que eliminó muchas vidas a nuestro alrededor y que acabó con todo lo que conocíamos, podremos superar todo cuanto se nos ponga en medio. Lo que no entiendo es qué hace aquí. Quiero decir que sólo ha venido una vez al bosque y fue hace poco, conmigo. Justo a este mismo lugar. No comprendo que le ha podido llevar hasta aquí y cómo se ha acordado del camino.
-Katniss...
-Lo siento-digo automáticamente. No he dicho nada, pero mi silencio antes es lo que le está produciendo el dolor que siente.
-Será mejor que nos vayamos al agua-dice Sarah cogiendo de la mano a su hermano.
-No os metáis muy adentro-les advierto.
Espero a que los dos estén algo más lejos para empezar a hablar con Peeta. No quiero que presencien esta conversación.
-Pensaba que no ibas a venir hoy-dice.
-Peeta, quiero hablar contigo de la boda, pero te prometo que no es nada malo.
Me mira durante segundos a los ojos y me invita a que me siente a su lado. Me quito las botas y los calcetines y meto los pies en el agua. Instantáneamente viajo hasta hace un par de semanas cuando Peeta me pidió matrimonio y yo le dije que sí.
-Katniss, si no estás segura, lo entiendo. Has pasado por mucho y sé que casarte es una decisión que...
Le pongo un dedo en los labios y sello sus palabras. No pienso dejar que diga nada de lo que luego pueda arrepentirse o algo que pueda hacerme cambiar de opinión o hacerme daño. Miro sus ojos azules y sus pestañas doradas a la luz del sol. No hay nada que pueda hacer que no quiera casarme con él. Lo sé a medida que pasan los segundos. Amo a Peeta.
De repente , empiezo a reírme al tiempo que un par de lágrimas se escapan de mis ojos. Río porque le quiero demasiado y porque en estos momentos él piensa que voy a renunciar a lo que tanto le ha costado pedirme. Lloro por el simple hecho de perderlo de un momento a otro, por quererle como lo hago y no demostrárselo más a menudo.
-Te quiero, Peeta. Quiero casarme contigo-alzo la mano del anillo y luego la entrelazo con la suya-. Nada puede hacer que eso cambie, y aunque no nos casáramos cuando dijimos, lo haría en cualquier otro momento. Pero nunca pienses que puedan volver a separarnos. Nada lo hará.
Y no hace falta que diga nada más. Peeta me abraza con fuerza y ambos lloramos mientras reímos a carcajadas, ambos nos besamos, y él me seca las lágrimas cuando decidimos parar para respirar. Seguimos con las manos entrelazadas y noto como toda la preocupación que tenía se va lejos de donde estamos. Por un momento nos olvidamos de la presencia de nuestros hijos y nos tumbamos en la hierba, yo con la cabeza sobre su corazón, y él acariciándome el pelo.
-¿Sabes por qué he venido aquí? Este es el mejor lugar donde he estado. Todo es hermoso aquí, y además es donde me dijiste que sí.
-Necesitabas rememorar el momento.
-Sí, al fin y al cabo, pensaba que todo iba a estropearse.
-No lo vuelvas a dudar nunca.
-Nunca-repite y me besa la frente.
Sarah y Jaden ríen descontroladamente y entonces volvemos al mundo real, donde nuestro hijos se acercan a nosotros con la intención de hacer una guerra de agua. Peeta se adelanta a sus movimientos y moja a Sarah. Jaden, sin embargo, es más rápido y se aparta. Mientras ellos dos se pelean, mi hijo y yo firmamos una tregua para hacer fuego.
Cogemos unos cuantos palos y algo de hojarasca. Con un par de piedras que llevo siempre conmigo, consigo prender las hojas y el fuego se extiende por los palos. Jaden mira atento cada movimiento que hago y lo graba en su cabeza para poder ponerlos en práctica algún día.
-Creo que ya sé porque te decían la chica en llamas-ríe-. ¿Crees que podré hacerlo yo?
-Si has aprendido a cazar en unos días, no creo que tengas problemas con esto.
-Vamos a hacer la carne, ¡tengo hambre!- exclama pasándome uno de los conejos.
Le enseño a despellejarlo y a sacarle las tripas, luego le digo cómo hacer una base con palos para poder poner el conejo sobre el fuego para que se haga. Jaden hace todo cuanto le digo y en pocos minutos el conejo ya se está haciendo. Peeta y Sarah siguen luchando el la orilla, poniéndose empapados y sin dejar de reír. Todo el mundo lo dice; yo me llevo mejor con el niño, y Sarah se lleva mejor con su padre.
-¡Qué bien huele!-oigo decir a Sarah mientras Peeta la lleva en volandas hacia nosotros- ¡Suéltame!-chilla.
Peeta la deja en el suelo y Sarah sale corriendo hacia nosotros. Coge la bolsa de caza que llevaba ella y nos da a todos un par de bayas. Las comemos con mucho gusto y miro la casa vieja donde un día me encontré con Twill y Bonnie. Les cuento a todos la experiencia de ese día y Peeta parece enlazar mi accidente cuando intentaba volver a casa.
-¿Eso fue cuando te dañaste el tobillo? Recuerdo que vinieron a buscarte los Agentes de la Paz y todos , a nuestra manera, mentimos.
-Efectivamente. No tenía ni idea de que iban a electrificar la valla, así que me metí en el bosque como siempre.
-Menos mal que todo queda en el pasado y ahora estamos así-dice Jaden.
Peeta y yo nos miramos algo preocupados. Nuestros hijos no saben nada de lo que está pasando ahí fuera. Les hemos mantenido al margen de todo lo que Haymitch nos ha contado y creemos que en el colegio nadie les ha dicho nada. Así que, de nuevo, nos toca contarles lo que está sucediendo y decirles que todo va a ir bien.
-Lo cierto-comienza Peeta-, es que no todo está bien.
-¿Qué quieres decir?-interviene Sarah.
-Bueno, el Presidente Simon tuvo un accidente y han convocado unas elecciones.
-Están intentando retrasarlas lo máximo posible para alertar a la gente de que elegir mal puede resultar nefasto-añade Peeta.
-Y esto puede provocar alguna que otra revuelta- termino yo.
-Pero, ¿qué tiene de malo? Puede que si hay revueltas haya algún daño para alguien, pero seguimos a salvo, ¿no?-pregunta Jaden.
Quizá mis hijos nunca logren entender que hay gente que me odia por haber sido el Sinsajo y porque parte de sus familias murieron por mi causa. No comprenden que aún hay gente que está de acuerdo con el gobierno que había antes de Coin. Así que molestarme en intentar explicarles que los Juegos y toda la maldad y esclavitud que había antes pueden volver, sólo les infundiría miedo y no conseguiría nada de nada. Peeta parece pensar lo mismo que yo y me asiente levemente.
-Paylor está entre los candidatos, no creo que pase nada-les guiño un ojo y con eso acabamos la conversación.
Pasamos la tarde intentando que tanto Sarah como Jaden aprendan a nadar. Peeta se a negado a aprender, pero supongo que tengo muchos años por delante para que acceda. Los chicos, por otra parte, lo intentan con todas sus fuerzas, pero la única que consigue algo de progreso es Sarah. A Jaden nadar no se le da tan bien como cazar. Decido que siempre que podamos vendremos juntos al bosque para que aprendan poco a poco tanto a cazar como a nadar. Al fin y al cabo es una actividad que podemos hacer en familia, que nos puede ayudar en un futuro y pasamos tiempo juntos, mostrando aquello con lo que crecí y sobreviví.

Al llegar a casa, ya entrada la tarde, casi para dar paso a la noche, Effie tarda en abrir la puerta. Nos quedamos los cuatro al menos cinco minutos esperando alguna señal de vida, hasta que descubro que hay luz en casa de Haymitch. Dejamos nuestras cosas en el porche y nos dirigimos a la casa del mentor en busca de las llaves para abrir nuestra propia casa. Una imprudencia que a ninguno de los cuatro se nos haya ocurrido cogerlas para poder entrar cuando quisiésemos volver.
De no ser por que hay luz, supondría que al igual que en mi casa, tampoco hay nadie en casa de Haymitch. Tardan y tardan en abrir la puerta. Incluso llamamos un par de veces antes de que Cinna, nos abra con cara de preocupación.
Entramos dentro y vemos que Effie está plantada delante de la pantalla mientras Haymitch le grita algo a alguien por teléfono. Con sólo ver la escena sé que algo va mal, muy mal. Y todo tiene que ver con las elecciones, ¿qué si no?
Me acerco al salón y me siento al lado de Effie para tratar de rescatar información valiosa de la pantalla. Hay una chica en lo que parece un hospital del Capitolio. Está intentando hablar con un médico sobre el estado de...¿Paylor?
-La ex presidenta ha tenido suerte. Aún no sabemos muy bien las causas del accidente, pero tenga por seguro que es casi un milagro que haya conseguido salvar la vida.
-Gracias, doctor. ¿Se sabe si podrá asistir a la candidatura?
El médico piensa dubitativo durante largos segundos y mi corazón mientras se acelera rápidamente. Si dice que no está claro que no sabemos qué nos podremos encontrar el día de las elecciones, no podremos controlar quién saldrá.
-No lo sabemos-sentencia-. Ha recibido un impacto que le ha provocado una fuerte conmoción cerebral. Pero, si quiere un respuesta personal, yo diría que no. No si es dentro de semana y poco.
-Muchas gracias, doctor-la presentadora se dirige a cámara y dice-:estas son las últimas noticias del estado de Paylor, seguiremos informando.
La pantalla se oscurece y veo que Effie ha apagado la televisión. Cinna y Peeta también han presenciado la noticia, y Sarah y Jaden se han quedado mudos. Haymitch aparece con una botella en la mano y nos mira a todos.
-No me lo han asegurado pero todo apunta a una conspiración. Es extraño que en menos de un mes un presidente haya muerto y la ex presidenta haya tenido un accidente el mismo día que anuncia que quiere volver al mando.
Así que al final Paylor ha anunciado públicamente que vuelve a presentarse, bueno, quizá ya no. Ahora solo me queda esperar lo peor, esperar que cualquiera suba al poder, que los que hayan asesinado a Simon y los que hayan intentado hacer lo mismo con Paylor, vengan a por mí. Me aplasto cuanto puedo en el sillón y sigo escuchando las malas noticias que trae Haymitch.
Parece que los ánimos se habían calmado desde el comunicado de Paylor esta tarde, que las revueltas y los posibles levantamientos se habían cancelado y todo el mundo estaba contento con la noticia. Pero ahora que la ex presidenta ha tenido el dichoso accidente, podemos esperar no sólo un gobierno que no respete las Normas de la Paz, sino otra rebelión organizada por los distritos. Y no estoy dispuesta a volver a luchar contra más personas, y mucho menos a dejar que mis hijos presencien algo así. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario