Por
el camino, Sarah recoge más plantas silvestres así como raíces.
Jaden ha cazado otro conejo y yo me he tomado la libertad de cazar un
pavo silvestre despistado. Con lo que tenemos decido que es
suficiente y de que es momento de llegar al lago, encender un fuego y
asar nuestra comida.
Cuando
me abro paso entre los últimos arbustos antes de ver el agua
cristalina diviso una mata de pelo rubio cerca de la orilla. Sigo
caminando con algo de sigilo y agazapada, ya que no sé quién puede
venir aquí. Sin embargo, a medida que puedo ver la espalda de esa
persona me doy cuenta de que la conozco perfectamente.
-¿Peeta?
Mi
futuro marido se vuelve para ver a su familia al completo y esboza
una sonrisa al tiempo que se seca las lágrimas. Jaden y Sarah salen
corriendo para abrazarlo y yo me quedo algo más rezagada. Durante
todo el trayecto he estado pensando mucho en nuestra relación. Hemos
pasado 16 años juntos, unos mejores que otros, y sé lo mucho que me
quiere. Me lo ha demostrado siempre, incluso cuando estaba
envenenado. La forma en la que luchó para librarse del veneno sólo
por amor, por no hacerme daño, por poder estar juntos. Y yo casi
nunca le he demostrado que también le amo. Puede que no al principio
no le quisiese, eso es algo que todo el mundo sabe, pero a medida que
ha ido pasando el tiempo, el amor ha ido aumentado en consecuencia.
Todos los momentos que hemos pasado, desde que me tiró el pan aquel
día, hasta esta mañana. No puedo olvidar ninguno de los besos que
me hicieron desear más, no puedo negar que no le quiero, y no puedo
permitir perderlo. Si hemos superado dos Arenas y una guerra que
eliminó muchas vidas a nuestro alrededor y que acabó con todo lo
que conocíamos, podremos superar todo cuanto se nos ponga en medio.
Lo que no entiendo es qué hace aquí. Quiero decir que sólo ha
venido una vez al bosque y fue hace poco, conmigo. Justo a este mismo
lugar. No comprendo que le ha podido llevar hasta aquí y cómo se ha
acordado del camino.
-Katniss...
-Lo
siento-digo automáticamente. No he dicho nada, pero mi silencio
antes es lo que le está produciendo el dolor que siente.
-Será
mejor que nos vayamos al agua-dice Sarah cogiendo de la mano a su
hermano.
-No
os metáis muy adentro-les advierto.
Espero
a que los dos estén algo más lejos para empezar a hablar con Peeta.
No quiero que presencien esta conversación.
-Pensaba
que no ibas a venir hoy-dice.
-Peeta,
quiero hablar contigo de la boda, pero te prometo que no es nada
malo.
Me
mira durante segundos a los ojos y me invita a que me siente a su
lado. Me quito las botas y los calcetines y meto los pies en el agua.
Instantáneamente viajo hasta hace un par de semanas cuando Peeta me
pidió matrimonio y yo le dije que sí.
-Katniss,
si no estás segura, lo entiendo. Has pasado por mucho y sé que
casarte es una decisión que...
Le
pongo un dedo en los labios y sello sus palabras. No pienso dejar que
diga nada de lo que luego pueda arrepentirse o algo que pueda hacerme
cambiar de opinión o hacerme daño. Miro sus ojos azules y sus
pestañas doradas a la luz del sol. No hay nada que pueda hacer que
no quiera casarme con él. Lo sé a medida que pasan los segundos.
Amo a Peeta.
De
repente , empiezo a reírme al tiempo que un par de lágrimas se
escapan de mis ojos. Río porque le quiero demasiado y porque en
estos momentos él piensa que voy a renunciar a lo que tanto le ha
costado pedirme. Lloro por el simple hecho de perderlo de un momento
a otro, por quererle como lo hago y no demostrárselo más a menudo.
-Te
quiero, Peeta. Quiero casarme contigo-alzo la mano del anillo y luego
la entrelazo con la suya-. Nada puede hacer que eso cambie, y aunque
no nos casáramos cuando dijimos, lo haría en cualquier otro
momento. Pero nunca pienses que puedan volver a separarnos. Nada lo
hará.
Y
no hace falta que diga nada más. Peeta me abraza con fuerza y ambos
lloramos mientras reímos a carcajadas, ambos nos besamos, y él me
seca las lágrimas cuando decidimos parar para respirar. Seguimos con
las manos entrelazadas y noto como toda la preocupación que tenía
se va lejos de donde estamos. Por un momento nos olvidamos de la
presencia de nuestros hijos y nos tumbamos en la hierba, yo con la
cabeza sobre su corazón, y él acariciándome el pelo.
-¿Sabes
por qué he venido aquí? Este es el mejor lugar donde he estado.
Todo es hermoso aquí, y además es donde me dijiste que sí.
-Necesitabas
rememorar el momento.
-Sí,
al fin y al cabo, pensaba que todo iba a estropearse.
-No
lo vuelvas a dudar nunca.
-Nunca-repite
y me besa la frente.
Sarah
y Jaden ríen descontroladamente y entonces volvemos al mundo real,
donde nuestro hijos se acercan a nosotros con la intención de hacer
una guerra de agua. Peeta se adelanta a sus movimientos y moja a
Sarah. Jaden, sin embargo, es más rápido y se aparta. Mientras
ellos dos se pelean, mi hijo y yo firmamos una tregua para hacer
fuego.
Cogemos
unos cuantos palos y algo de hojarasca. Con un par de piedras que
llevo siempre conmigo, consigo prender las hojas y el fuego se
extiende por los palos. Jaden mira atento cada movimiento que hago y
lo graba en su cabeza para poder ponerlos en práctica algún día.
-Creo
que ya sé porque te decían la chica en llamas-ríe-. ¿Crees que
podré hacerlo yo?
-Si
has aprendido a cazar en unos días, no creo que tengas problemas con
esto.
-Vamos
a hacer la carne, ¡tengo hambre!- exclama pasándome uno de los
conejos.
Le
enseño a despellejarlo y a sacarle las tripas, luego le digo cómo
hacer una base con palos para poder poner el conejo sobre el fuego
para que se haga. Jaden hace todo cuanto le digo y en pocos minutos
el conejo ya se está haciendo. Peeta y Sarah siguen luchando el la
orilla, poniéndose empapados y sin dejar de reír. Todo el mundo lo
dice; yo me llevo mejor con el niño, y Sarah se lleva mejor con su
padre.
-¡Qué
bien huele!-oigo decir a Sarah mientras Peeta la lleva en volandas
hacia nosotros- ¡Suéltame!-chilla.
Peeta
la deja en el suelo y Sarah sale corriendo hacia nosotros. Coge la
bolsa de caza que llevaba ella y nos da a todos un par de bayas. Las
comemos con mucho gusto y miro la casa vieja donde un día me
encontré con Twill y Bonnie. Les cuento a todos la experiencia de
ese día y Peeta parece enlazar mi accidente cuando intentaba volver
a casa.
-¿Eso
fue cuando te dañaste el tobillo? Recuerdo que vinieron a buscarte
los Agentes de la Paz y todos , a nuestra manera, mentimos.
-Efectivamente.
No tenía ni idea de que iban a electrificar la valla, así que me
metí en el bosque como siempre.
-Menos
mal que todo queda en el pasado y ahora estamos así-dice Jaden.
Peeta
y yo nos miramos algo preocupados. Nuestros hijos no saben nada de lo
que está pasando ahí fuera. Les hemos mantenido al margen de todo
lo que Haymitch nos ha contado y creemos que en el colegio nadie les
ha dicho nada. Así que, de nuevo, nos toca contarles lo que está
sucediendo y decirles que todo va a ir bien.
-Lo
cierto-comienza Peeta-, es que no todo está bien.
-¿Qué
quieres decir?-interviene Sarah.
-Bueno,
el Presidente Simon tuvo un accidente y han convocado unas
elecciones.
-Están
intentando retrasarlas lo máximo posible para alertar a la gente de
que elegir mal puede resultar nefasto-añade Peeta.
-Y
esto puede provocar alguna que otra revuelta- termino yo.
-Pero,
¿qué tiene de malo? Puede que si hay revueltas haya algún daño
para alguien, pero seguimos a salvo, ¿no?-pregunta Jaden.
Quizá
mis hijos nunca logren entender que hay gente que me odia por haber
sido el Sinsajo y porque parte de sus familias murieron por mi causa.
No comprenden que aún hay gente que está de acuerdo con el gobierno
que había antes de Coin. Así que molestarme en intentar explicarles
que los Juegos y toda la maldad y esclavitud que había antes pueden
volver, sólo les infundiría miedo y no conseguiría nada de nada.
Peeta parece pensar lo mismo que yo y me asiente levemente.
-Paylor
está entre los candidatos, no creo que pase nada-les guiño un ojo y
con eso acabamos la conversación.
Pasamos
la tarde intentando que tanto Sarah como Jaden aprendan a nadar.
Peeta se a negado a aprender, pero supongo que tengo muchos años por
delante para que acceda. Los chicos, por otra parte, lo intentan con
todas sus fuerzas, pero la única que consigue algo de progreso es
Sarah. A Jaden nadar no se le da tan bien como cazar. Decido que
siempre que podamos vendremos juntos al bosque para que aprendan poco
a poco tanto a cazar como a nadar. Al fin y al cabo es una actividad
que podemos hacer en familia, que nos puede ayudar en un futuro y
pasamos tiempo juntos, mostrando aquello con lo que crecí y
sobreviví.
Al
llegar a casa, ya entrada la tarde, casi para dar paso a la noche,
Effie tarda en abrir la puerta. Nos quedamos los cuatro al menos
cinco minutos esperando alguna señal de vida, hasta que descubro que
hay luz en casa de Haymitch. Dejamos nuestras cosas en el porche y
nos dirigimos a la casa del mentor en busca de las llaves para abrir
nuestra propia casa. Una imprudencia que a ninguno de los cuatro se
nos haya ocurrido cogerlas para poder entrar cuando quisiésemos
volver.
De
no ser por que hay luz, supondría que al igual que en mi casa,
tampoco hay nadie en casa de Haymitch. Tardan y tardan en abrir la
puerta. Incluso llamamos un par de veces antes de que Cinna, nos abra
con cara de preocupación.
Entramos
dentro y vemos que Effie está plantada delante de la pantalla
mientras Haymitch le grita algo a alguien por teléfono. Con sólo
ver la escena sé que algo va mal, muy mal. Y todo tiene que ver con
las elecciones, ¿qué si no?
Me
acerco al salón y me siento al lado de Effie para tratar de rescatar
información valiosa de la pantalla. Hay una chica en lo que parece
un hospital del Capitolio. Está intentando hablar con un médico
sobre el estado de...¿Paylor?
-La
ex presidenta ha tenido suerte. Aún no sabemos muy bien las causas
del accidente, pero tenga por seguro que es casi un milagro que haya
conseguido salvar la vida.
-Gracias,
doctor. ¿Se sabe si podrá asistir a la candidatura?
El
médico piensa dubitativo durante largos segundos y mi corazón
mientras se acelera rápidamente. Si dice que no está claro que no
sabemos qué nos podremos encontrar el día de las elecciones, no
podremos controlar quién saldrá.
-No
lo sabemos-sentencia-. Ha recibido un impacto que le ha provocado una
fuerte conmoción cerebral. Pero, si quiere un respuesta personal, yo
diría que no. No si es dentro de semana y poco.
-Muchas
gracias, doctor-la presentadora se dirige a cámara y dice-:estas son
las últimas noticias del estado de Paylor, seguiremos informando.
La
pantalla se oscurece y veo que Effie ha apagado la televisión. Cinna
y Peeta también han presenciado la noticia, y Sarah y Jaden se han
quedado mudos. Haymitch aparece con una botella en la mano y nos mira
a todos.
-No
me lo han asegurado pero todo apunta a una conspiración. Es extraño
que en menos de un mes un presidente haya muerto y la ex presidenta
haya tenido un accidente el mismo día que anuncia que quiere volver
al mando.
Así
que al final Paylor ha anunciado públicamente que vuelve a
presentarse, bueno, quizá ya no. Ahora solo me queda esperar lo
peor, esperar que cualquiera suba al poder, que los que hayan
asesinado a Simon y los que hayan intentado hacer lo mismo con
Paylor, vengan a por mí. Me aplasto cuanto puedo en el sillón y
sigo escuchando las malas noticias que trae Haymitch.
Parece
que los ánimos se habían calmado desde el comunicado de Paylor esta
tarde, que las revueltas y los posibles levantamientos se habían
cancelado y todo el mundo estaba contento con la noticia. Pero ahora
que la ex presidenta ha tenido el dichoso accidente, podemos esperar
no sólo un gobierno que no respete las Normas de la Paz, sino otra
rebelión organizada por los distritos. Y no estoy dispuesta a volver
a luchar contra más personas, y mucho menos a dejar que mis hijos
presencien algo así.
No hay comentarios:
Publicar un comentario