miércoles, 12 de septiembre de 2012

Capítulo 7 (Visión Haymitch)


Tapo la botella con el tapón y me limpio la boca con la manga de la camiseta. Effie, como no, me ha obligado a dejarla sobre la mesa y no probar más gota hasta el banquete. Entiendo que quiera que esté sobrio para no cagarla ni nada por el estilo. Pero en un día como hoy, el licor se me ha indispensable. Mis niños, Katniss y Peeta, esos chicos que hace 16 años conocí, a los que he visto crecer, madurar y enamorarse, se casan. Necesito un trago. Sin embargo, Effie me lo prohíbe. Esto es una de las cosas malas que tiene vivir a su lado. El no poder hacer lo que me plazca. Parece mi mujer. Todo el día regañándome por lo que hago o no hago. Recogiendo mi ropa sucia por los suelos y poniendo lavadoras. Obligándome a beber mucho menos de lo que lo hago habitualmente, asearme cada día en profundidad, y obligarme a hacer la comida. Comida que no me gusta, por supuesto. Pero una parte de mí se alegra. Estas tres semanas de compañía me han hecho darme cuanta de lo necesitado que estoy de estar junto a alguien. Y la verdad, Effie se podría decir que es todo lo que quiero y necesito.
Puede que no lo hubiese admitido antaño, y puede que ahora mismo, no lo admita del todo en público-sólo Sarah y Jaden lo saben-, pero creo sentir algo especial por ella. No sé cuando surgió. Si fue durante los Juegos, después de ellos, o en estas tres semanas, pero algo siento. Sí, todos los días nos peleamos, nos gritamos y todo eso. Pero creo que precisamente por todo lo que hemos tenido que soportar y vivir juntos, me gusta. Es una mujer con carácter, no lo puedo negar.
-No has dormido, ¿verdad?-me pregunta de repente, quitándome de entre las manos la copa que aún tengo llena. Miento, la acaba de vaciar.
-No mucho, ya sabes que no concilio bien el sueño.
-En el Capitolio tenemos unas pastillas que podrían venirte bien. Pediré algunas.
-No hace falta-me estiro en la silla y bostezo.
-Sí que lo hace. No duermes apenas y necesitas descansar-camina con sus altos tacones por toda la cocina y hace café-. Ya sabes todo lo que tienes que hacer con Peeta y los niños-me pone unos papeles entre las manos y entorno los ojos-. Horas exactas, Haymitch, si no ya sabes lo que luego pasa. Yo iré y vendré. No quiero obligarte a que te arregles, ¿entendido?
-Entendido-digo con voz cansada-. Me lo has repetido mil veces.
Y aunque me lo ha repetido hasta un millón de veces, cuando vuelve a casa y me encuentra sin vestir, comienza a dar órdenes como una histérica tanto a Venia como a mí. A mí me regaña, como no, por no haberme vestido, por estar bebiendo y por todo en general. Me coge del brazo y tira de mí escaleras arriba.
-Eres peor que un crío, Haymitch.
Dice llevándome hasta mi habitación y sacando del armario mi traje. Me lo tiende y sigue con sus riñas. Enumera tantas cosas que hago que le parecen mal que pierdo la cuenta, mueve tan rápido los brazos y se pasea tanto por la habitación que me pregunto cómo no se marea, y habla tan deprisa que no me entero de lo que dice. Me limito a asentir con la cabeza a todo lo que dice, sea bueno o sea malo, mientras me siento en la cama y sigo observándola.
-¿Has acabado?-le pregunto cuando se toma un segundo para respirar.
-No me escuchas, ¿verdad?
-Lo intento-afirmo-. Pero a veces es difícil.
Se lleva una mano a la cara y sacude la cabeza. Entonces me río. Me encanta verla así, porque sé que es mi culpa y porque me resulta divertido que Effie pierda las papeletas.
-No tienes remedio-me mira a los ojos y se acerca a mí-. Al menos hueles bien. Vístete ahora mismo-me ordena alzando una ceja-, se hace tarde y tenéis que llegar antes que Katniss.
Asiento con la cabeza y cuando sale por la puerta me quito la ropa para ponerme el traje gris oscuro. Cuando termino de vestirme, voy al baño y me arreglo con algo de gomina y agua el pelo. Lo peino deprisa y me lavo los dientes para no oler al licor que he estado bebiendo hasta que apareció Effie. Lo bueno de las bodas es que siempre hay alcohol.
Bueno, alcohol, músicos, rosas negras, blancas y rojas. Mesas cubiertas por manteles impecables. Asientos de arce. Un bonito altar. Espera, el altar es redondo y hay bancos tanto delante como detrás. Por supuesto no me puedo olvidar de la gente. Todas esas caras conocidas que hoy rebosan en sonrisas y ojos brillantes cuando se posan en nuestro pequeño grupo. Y Rachel. No me meto en la conversación entre Peeta y su suegra. Así que doy vueltas sobre mí mismo buscando algo, aunque no sé que es. Effie me saca de mi búsqueda diciendo que ya es la hora, así que no tengo más remedio que seguirla.
Cuando veo a Katniss, se me corta la respiración y esbozo una de mis mejores sonrisas.
-Luce bien ese vestido, señorita Everdeen, por el momento-porque en cuanto de el sí quiero, será Mellark.
-Gracias-responde-. Tú tampoco estás mal.
-Como siempre, más o menos.
Cinna me mira a los ojos y cada uno toma un brazo de Katniss. Effie se apresura por llegar antes que nosotros, y los tres nos limitamos a esperar un minuto antes de comenzar a caminar. Andar hacia el altar.

Bueno. Bueno. Bueno. Todo es excelente. La comida, la bebida, el postre, la música y el ambiente en general. No podría pedir que fuera mejor. Aunque supongo que las cosas sí que pueden ser mejores. Aún queda el número final dedicado a Effie. La entrega de su tan preciado regalo que Katniss pensó. Una idea genial que ayudé a construir y que se hiciera realidad. Aunque lo que no entiendo es por qué tengo que ser yo el que haga entrega de dicho obsequio.
Peeta viene hacia mí sonriente.
-Es la hora-anuncia.
-¿Es lo que pienso?
Se encoge de hombre y me indica que lo acompañe. Quizá he de dárselo en un sitio apartado, lejos del resto de miradas indecentes que puedan caer sobre nosotros. Así que lo sigo entre la multitud, sorteando los peligros que hay por el camino-niños corriendo, sillas, mesas, algún vaso por el suelo, piedras...-, hasta llegar a una mesa cubierta por un mantel blanco.
-¿Que es esto?-pregunto al tiempo que Effie sale por detrás de Peeta.
-Sorpresa, tío Haymitch- oigo decir a Jaden y Sarah a la vez.
Entonces Peeta destapa la mesa y encuentro trece botellas de licor. Me acerco a ellas y veo que son exclusivas, demasiado caras y las mejores. Increíble.
-¿Para mí?-pregunto.
-Cada una de ellas-dice Effie-, y esta es de mi parte.
Hasta ahora no me he fijado que tenía ambas manos escondiendo algo detrás de su cuerpo. Entonces veo que saca otra botella con un lazo rojo y me la tiende. Es, de lejos, la más cara de todas las que hay sobre la mesa.
-Es del Capitolio-suspiro-, la mejor de entre las mejores. ¿Cómo la has conseguido?
Se encoge de hombros con una sonrisa divertida y mira hacia los chicos.
-Tenemos que irnos-dice-, ahora volvemos.
-¿Dónde vais?-pregunto extrañado y aún perplejo por las botellas.
-Olvidé una cosa en la Aldea-dice Sarah antes de que Effie pueda abrir la boca-. Tú quédate aquí disfrutando.
Veo cómo los tres - Effie, Sarah y Jaden-, corren hacia la Veta y se pierden entre sus casas. ¿Qué está pasando? Se supone que cuando vuelva he de darle su regalo, ¿verdad? Miro a Peeta. Lo tenían todo planeado. Cómo no. Me acerco a él y le doy un abrazo agradeciéndole todo lo que hace por mí, no sólo ahora, sino todos los días. Luego, junto con él, me pongo a observar cada botella, admirando su valía y pensado en guardarlas para ocasiones especiales. Estas no las puedo beber como si nada.
Al cabo de una rato, vuelven a aparecer los tres, esta vez mucho más sonrientes que antes y me preparo para darle a Effie lo que se merece.
-Habéis tardado un poco-digo.
-Hemos tenido problemas por el camino-dice Jaden.
Miro a Effie y me acerco a ella, no sin antes dedicarle una mirada a Peeta para ver si es el momento adecuado, o he de esperar. Pero no, es justo ahora.
-Bueno, esto-señalo la mesa-, es mi regalo. Y estoy agradecido-miro a todos los presentes y me pregunto por qué Katniss no está con nosotros, ha debido pasarle algo. Aunque Peeta parece tranquilo-. Pero ahora es tu turno-me acerco un poco más a Effie y la miro a los ojos sonriendo-. De parte de todos, Effie, para que siempre que quieras puedas unirte a nuestra gran familia y compartir los buenos momentos. Tengo el honor de entregarte esto-me meto la mano en el bolsillo del pantalón y rescato de él una pequeña caja cuadrada oscura que se la muestro.
Effie la coge, algo desconfiada, y la abre con sumo cuidado. Entonces se tapa la boca cuando lo asimila y me abraza.
-¡Gracias, gracias, gracias!-exclama efusivamente-. No sabéis lo feliz que me hacéis con esto.
Corre a abrazar al resto. A darle un par de besos a todo el mundo y sonreír sin parar de dar saltitos. Nunca pensé que le haría tanta ilusión que su regalo fuera la llave de una de las casas de la Aldea de los Vencedores. Justo la que está a la izquierda de la de Peeta, casi enfrente de mí, pero, una vez más, Katniss tenía razón.
Effie, después de volver a agradecer a todo el mundo lo que hemos hecho por ella y dejar escapar un par de lágrimas que reposan sobre mi hombro, corre diciendo que tiene que ver a Katniss, que es importante. Entonces algo me hace sospechar que le pasa algo. Las sospechas sólo aumentan cuando Peeta sale corriendo tras Effie.
-Voy a bailar con Finn- dice Sarah y asiento con la cabeza-. Me llevo a Jaden.
Aunque el chico intenta negarse para quedarse conmigo acaba cediendo y me quedo sólo ante la mesa repleta de licores intentado encontrarle sentido a algo. El por qué Katniss no está. El por qué Effie y Peeta sí lo saben, o ella al menos. El por qué de los regalos. El por qué de todo.
Tengo una espina clavada. Algo me dice que las cosas en el Capitolio no van bien. Que las elecciones están siendo como mi subconsciente sabe pero no quiere pensar. Agarro una de las botellas y la miro con deseo. Quizá abrir sólo una no sea malo. Celebrar otro año de vida y la unión de Katniss y Peeta. No suena mal, ¿no? Sin embargo, justo cuando me decido a ir a por un abre-corchos, el mal presentimiento vuelve y dejo la botella donde estaba.
-Me aburro-anuncia de repente Jaden y me sobresalta-. Quiero irme a casa-continúa.
-Disfruta pequeño, no todos los días tus padres se casan-contesto.
-Pero no hay nadie con quién poder jugar.
Levanto la cabeza para buscar a alguien con quien Jaden pueda pasar el rato y me deje con mis pensamientos sobre las elecciones, los Juegos pasados y el futuro que puede esperarnos a todos.
-¿Qué me dices de Oliver?-pregunto cuando lo veo sentado.
-¿El hijo de Gale?
-Sí, el pobre también está sólo y aunque os llevéis tres años podéis hablar. Vuestros padres son amigos-como si importara que sus padres fuesen o no amigos para que ellos puedan llevarse bien o se vean obligados a ello.
-Bueno, algo me dice que Gale quiere más. ¿Has visto cómo mira a mamá?-veo cómo mira con recelo al chico.
-Deja esos asuntos para mayores-intento sonreír-. Anda, ve.
Me mira y anda pesadamente hacia Oliver. Tiene razón, aunque no quiera admitirlo delante de él. Pero Gale ama a Katniss y que estén ahora mismo en la pista de baile, agarrados, bailando, no ayuda. Me recuerda demasiado a los viejos tiempos, me transmite malas vibraciones porque nunca sé por donde Katniss puede salir. Sé a la perfección que está enamorada de Peeta y no me faltan pruebas, pero no puedo negar de que hay un sentimiento que no soy capaz de comprender ni de describir en su interior con respecto a Gale, y viéndolos ahora puedo decir que me asusta. Katniss es predecible, pero no sólo en ocasiones, y cuando no lo es...malo.
-Al menos parece estar bien-mascullo entre dientes para mí, ya que pensaba que estaba mal o que le pasaba cualquier cosa. Fuera lo que fuese ya está arreglado.
Busco con la mirada a Effie. Quiero hablar con ella de la boda, el tiempo, el bosque, la decoración o lo que sea. Pero quiero, o mejor dicho, necesito hablar con ella. Aunque también me conformo con Cinna que viene hacia mí con cara de pocos amigos. Bien, esto es lo que estaba esperando. El comienzo de la función. El acto representativo de mis pensamientos más profundos que no quiero sacar a la luz e intento esconder. Una sola mirada a mis ojos y sé todo lo que tiene en los labios para decirme. Un ademán con los brazos y sé lo que está pasando. Cierro los ojos, suspiro, los vuelvo a abrir y asiento con la cabeza.
-Ha empezado-comenta-, algo que en el fondo ambos sabíamos.
-Sí-lo confirmo-, ¿cuando?
Se encoge de hombros y mira su reloj. Se lleva una mano a la sien y la masajea. No mucho. No queda apenas nada. Una semana, un par de días. Quizá horas. Pero el daño ya está hecho.
-Paylor está de camino. De hecho no creo que tarde en aparecer su aerodeslizador.
-Por lo que veo es demasiado malo, ¿me equivoco?
-No hay margen de error-suspira-. Es cuestión de que se muevan los hilos...
-...y comiencen a manejar piezas-termino.
Pasan unos segundos y a lo lejos se oye cómo aterriza la nave de Paylor. Aguardamos en silencio su llegada aunque me ronda por la cabeza la pregunta que Cinna también se hace. Esta vez no es un por qué, no es un cómo, no es un cuándo, no es tan siquiera la pregunta de si sólo es una imaginación. De si nos estamos equivocando y exagerándolo todo. Y encima hoy, eso es lo que peor me sienta.
-¿Cómo crees que se sintieron los primeros?-me doy la vuelta y miro a los ojos de Cinna. Esta es la pregunta cuya respuesta espero que alguien algún día pueda dárme. Aunque la contestación no tarda en llegar.
-Algo parecido a nosotros, pero no tenían ni idea de lo que iba a pasar. Nosotros sí-confirma Paylor que viene en silla de ruedas. Aún tiene la cara con heridas, pero por suerte ya casi están cicatrizadas-. Vamos, no hay tiempo que perder. Cuanto más tardemos en movernos por el tablero más ventaja nos llevarán y no lo podemos permitir.
-Reserva la reina para el final-digo yo, algo divertido, aunque no debería sonar así.
-Tranquilos, no va a ser la primera vez, pero ha de ser la última.
-Lo será-dice Cinna-, lo será. Nos encargaremos de ello, ya lo hemos hablado.
-Pero siempre podremos cometer equivocaciones. Recordad que ya ha habido muchos intentos y todos fracasaron- les recuerdo.
-No todos-dice Paylor mirando a Katniss-, no todos.
Me toca ir a por Peeta y lo agradezco, ya que enfrentarme a Katniss para decirle lo que se nos avecina no es bueno. Es como comunicar el caos al mismo caos. Katniss no tuvo muy buena reacción la última vez, lo recuerdo como si fuera hoy, y hay algo que Peeta sabe y ella no. Algo que le hemos ocultado las últimas semanas y que el recién casado sabe con lujo de detalles, así que no resultará ni tan incómodo, ni tan difícil. Espero que Paylor sepa mantener a raya a la chica en llamas, sino, todos podríamos salir ardiendo.
-¿Dónde está Peeta?-le pregunto a una Effie al punto de la histeria.
-Te estaba buscando. Me han llamado desde el Capitolio.
-Lo sé. Ha llegado la hora-anuncio.
Effie se echa las manos a la cabeza y pierde la mirada en algún punto de mis ojos. Ella también es vulnerable a este último ataque, aunque no dejaré que le pase nada malo.
-¿Qué vamos a hacer, Haymitch?
-Luchar y no rendirnos, como siempre-le cojo la cara entre mis manos y le doy un beso en la frente pese a que desearía hacerlo en los labios-. Ayúdame a encontrar a Peeta, es lo único que te pido.
Asiente con la cabeza y ambos, cogidos de la mano, nos vamos a buscarle. Lo encontramos poco después, sentado en una mesa, hablando con Annie y con Johanna. Perfecto, tres pájaros de un tiro. Así será mucho más fácil. O todo lo contrario.
-Chicas-las miro a ellas de forma compasiva y luego a Peeta-, Mellark. Tenemos un problema-digo agachando la cabeza.
-¿Qué clase de problema?-pregunta Peeta anticipándose a todos.
-¿Qué te parece el problema de rememorar el pasado?
Dejo la pregunta en el aire mientras ocho pares de ojos se clavan en los míos, buscando consuelo, alivio, respuestas y el enigma en concreto. Volver a hacer historia.

4 comentarios:

  1. primera en comentaaaaaaaaaar!!me encanta de verdad, escribes de marabilla! ahora tengo ganas de saber que le ocultan a katniss , como reacciona ella a lo de gale y alo que le digan...
    para cuando el siguiente?

    ResponderEliminar
  2. Hola, acabo de descubrir tu blog y me encanta te sigo^^
    por aqui me quedo :)
    si quieres pásate por mi blog se llama sumergida entre paginas.
    Un beso!

    ResponderEliminar
  3. Laura Díaz: Muchas gracias por seguir leyendo. Gracias, de verdad. Todo se descubrirá pronto, no te preocupes :)
    El próximo capítulo calculo que estará para el domingo. Será largo y espero que lo puedas disfrutar.

    Laura Martínez: Muchas gracias a ti también por leer. Me pasaré por tu blog. No lo dudes. Un abrazo, amiga :)

    ResponderEliminar
  4. precioooosssooo! me ha encantado, encantado, encantado!. Lo que no me gusta esque Katniss no le preste atención a Peeta gr... ojalá aparezca DELLY y la ponga celosa muhahah :D.

    Ay y pobrecitos esto del Capitolio les estreopearan la boda :(. ¡que mal!...


    SIGUE ASÍ, ME ENCANTA

    ResponderEliminar