Volver
al 12 ha formado una especie de nudo en mi garganta. Ni siquiera sé
por qué estoy de pie esperando ver aparecer a Katniss con un vestido
de novia apunto de casarse. ¿Qué pretendo? ¿Detener la boda?
¿Decirle cuánto me importa, cuánto me ha importado? No. Está
claro que el valor que tenía para hacer eso lo perdí hace muchos,
muchos años. Así que lo único que puedo hacer ahora es ver cómo
mi corazón se va encogiendo todavía más hasta no quedar nada.
He
intentado olvidarme de ella en innumerables ocasiones. Casi lo
consigo después de mudarme al 2 y tener a mi hijo Oliver. Pero nadie
nunca se asemejará a Katniss. El fuego que trasmite a mi alma cada
vez que pienso en ella, o cada vez que la veo en mis sueños no se
puede apagar. Y me duele estar aquí. Me duele saber que se va a
casar con Peeta. Debería haberme arriesgado hace años, debería
haber insistido, haber hecho que ella me eligiera a mí y no a él.
Pero supongo que el destino o lo que quiere que exista siempre lo ha
querido así. No me arrepiento de nada de lo que he hecho, ni
siquiera de haber fabricado las bombas que mataron a Prim. No
considero que fuera mi culpa. No tenía ni idea de los planes de
Coin, por supuesto, y no lo habría podido prever, pero si su muerte
ha servido como todas las demás para acabar con la pobreza y con los
Juegos, no pienso arrepentirme nunca. Sí es verdad que necesito
pedirle una disculpa a Katniss, pero no me pienso retractar.
-¿Papá?
Miro
a Oliver distraído. Me alegro de haberlo tenido. Se parece a mí. Es
alto, con los ojos grisáceos y el pelo castaño. También se parece
a su madre. Una chica de pelo oscuro con ojos azules muy expresivos.
La energía y las ganas de luchar las ha sacado de mí.
-Dime.
-¿Deberíamos
sentarnos?
Miro
a mi alrededor y veo a todo el mundo sentándose ya que Peeta está
caminando hacia el altar. El asco me invade y los celos me tientan a
ir a por él, sacarlo lejos de aquí y ser yo el que ocupe su lugar.
Pero me quedo quieto, esperando a Katniss de pie. Esperando a ver
cómo mis oportunidades se pierden en el infinito para siempre. Ni
siquiera si tuviera un día más, si la boda fuera mañana en vez de
hoy podría hacer algo al respecto. ¿O sí? ¿Qué pasaría si sólo
tuviera un día para mostrarle a Katniss lo mucho que me ha importado
hasta ahora? Sé que ni aunque tuviera más tiempo conseguiría
detener la boda. Ella lo ama a él, no a mí.
Y
es justo como pensaba. Escuchar el sí quiero me revienta por dentro.
Una sensación de frío y amargura impacta contra mí y durante un
segundo me deja sin respiración. Katniss está radiante, más que de
costumbre y eso sólo hace que la rabia aumente dentro de mí. Soy el
último en dirigirme al banquete, acompañado de mi hijo. Él sabe lo
que estoy pasando, nunca le oculté lo que sentía por Katniss ya que
desde que tuvo conciencia le conté todo lo que recuerdo sobre mis 19
años de vida. Nunca omití nada, ni los Juegos, ni donde ella
participó, ni la guerra que ganamos todo juntos. Ha crecido con esas
historias y con el paso de los años se ha forjado una conducta que
bien me recuerda a la mía. Sé que si de alguna manera volvieran los
juegos, mi hijo sería un auténtico rebelde.
Llegamos
a las mesas blancas y nos sentamos en la que nos han asignado. Estoy
en la misma mesa donde están Enobaria, Johanna y Annie con su hijo
Finnick.
-Hola-digo
sentándome.
-Me
alegra verte, Gale. ¿Este es tu hijo?-pregunta Johanna.
-Sí-responde
Oliver con una enorme sonrisa plasmada en la cara.
-Encantada
de volverte a ver-dice Annie-. Este es Finnick, aunque debes
suponerlo.
Ambos
se saludan y se sientan uno al lado del otro. Enseguida entablan
conversación y se olvidan de todo lo demás. Yo me pongo a observar
los bosques que tengo enfrente. Esos que tantas veces he recorrido,
donde he cazado, donde conocí a Katniss, donde me enamoré de ella.
Aparto la mirada con brusquedad y noto como las lágrimas llenan mis
ojos. Annie parece darse cuenta y pone una mano sobre mi hombro.
-No
deberías haber venido-susurra y luego esboza una sonrisa-, era más
fácil así.
-Siempre
me decanto por lo difícil. Enamorarse de Katniss es todo un
reto-suelto una pequeña carcajada, amarga y apagada.
-Eres
fuerte-añade Johanna-, creía que no serías capaz de venir o que
Katniss no te invitaría.
No
me apetece seguir hablando de eso así que sólo me limito a negar
con la cabeza y esperar que nos sirvan los platos de comida. Se
prolonga un silencio que sólo se ve interrumpido por el golpeteo de
cuchillos y tenedores, y por toda la gente que está en las demás
mesas, que parece que se lo están pasando realmente bien.
-¿Por
qué no luchaste?-rompe así el hielo Enobaria.
-¿Luchar
por quién? ¿Por Katniss, por mí?
-Por
vosotros-contesta-. Sé que ella eligió a Peeta pero podías haber
luchado.
-¡Así
sólo se hubiese hecho daño!-sale en mi defensa Annie-¿No ves que
ella no sentía nada por él?
-¿Y
quién te ha dicho a ti eso?-interviene Johanna- Katniss se debatía
entre los dos, todos lo sabemos.
-Quizá
todavía lo siga haciendo-dice Enobaria.
-¿Después
de haber tenido dos niños?-pregunta enarcando una ceja Annie.
-¿Qué
importa? Mira a Gale mismo. Ha tenido a Oliver y eso no significa que
haya dejado de querer a Katniss. Ella puede seguir enamorada de él,
muy en el fondo.
Abro
lo ojos mucho. ¿Katniss enamorada de mí aún? Una pequeña chispa
pone en funcionamiento mi corazón. Si fuera verdad, si lo fuera esta
vez no me detendría nada. Esta vez lucharía por ella. Si en el
fondo aún me quiere por qué no intentar que la poca llama que quede
en su alma se encienda para amarme como creo que una vez lo hizo.
Ojalá fuera cierto, ojalá la chica de dieciséis años que vi
partir hacia los juegos de alguna manera vuelva a estar a mi lado.
Katniss volvió siendo ganadora muy cambiada. Entiendo que la Arena
haga eso con las personas y eso sólo aumentó el odio que tenía
hacia el Capitolio. Me devolvieron a Katniss viva pero siendo de
alguna manera, otra a la que deje marchar. Miro hacia donde está
sentada, al lado de su madre, de Peeta y de sus hijos. Jaden y Sarah.
La chica es igualita a ella cuando la conocí. Una sonrisa se me
escapa y me imagino a mí mismo sentado en esa mesa rodeado de mis
dos preciosos hijos. Pero la ilusión no dura mucho. Las chicas han
montado una batalla en mitad de la mesa y algunos gritos llaman la
atención de otros invitados. Vuelvo al tiempo real y me incorporo en
la silla.
-¡Parad!
Es inútil que os peléis por cuestiones que no son ciertas.
Miradlos-señalo a su mesa-, están felices, con sus hijos y
disfrutando de su boda. ¿Qué hacemos montando este numerito? No nos
vale lamentarnos por el pasado, ¿no?
Se
encogen de hombros. Ellas también lo han pasado mal. ¿Quién no?
Aunque me siento unido de alguna forma a Annie. No es que haya tenido
gran trato con ella, pero la muerte de Finnick sé que le afectó
demasiado. Sin embargo, conectamos. Después de unos cuántos meses
pude contactar con ella estando en el Distrito 4. Me la encontré un
día por la calle y a partir de ese momento comenzamos a llamarnos
regularmente. Somos algo así como amigos. Ella me habla de Finnick y
cuánto lo echa de menos y yo le hablo de Katniss, de mi lucha
interna contra mis sentimientos.
La
comida transcurre y veo cómo la gente va de un lado a otro. Sarah ha
venido para llevarse consigo a Finn y entonces algo ha cruzado por mi
cabeza. Más concretamente el fragmento de una conversación de hace
años. Katniss diciendo que nunca se casaría y que jamás tendría
hijos. Ya, claro. Veo la realidad de sus palabras. Casada, con dos
hijos, y no es conmigo. Aunque, ¿por qué iba a pensar hace años
que si algún día sucediera todo esto sería conmigo? ¿Qué pruebas
tenía de que me quería? Pasábamos casi todos los días mucho
tiempo juntos y llegamos a conocernos como si llegásemos a ser
hermanos. Compartíamos miedos y gustos. La manera que tenía de
mirarme y de estar a mi lado era diferente a cómo los demás lo
hacían...¡Qué iluso!
-¿Te
apetece un baile?
Su
voz me sobresalta tanto que doy un bote en la silla y pestañeo un
par de veces. Se me acelera el corazón y se me cruzan mil palabras
que decir, mil frases, mil comienzos y mil cosas qué hacer. Pero al
darme la vuelta y encontrarme con su mirada gris y su gran sonrisa
sólo digo:
-Hola,
Catnip.
Ella
ríe y me extraño por dicha reacción. ¿Acaso saludar es gracioso?
Pero me limito a sonreír también ya que lo único que me puede
hacer feliz ahora mismo es estar cerca de ella.
-Así
que no quieres que bailemos-se cruza de brazos-. Ten en cuenta que
odio bailar y no haré dos veces la misma propuesta.
-Cla...claro
que quiero un baile-me levanto de la silla y le tiendo la mano.
-¿Cómo
estás?-pregunta mientras caminamos hacia la pista de baile.
Destrozado.
Hundido. Desolado. Humillado. Perdido. Fracasado. Dolido. Con ganas
de besarte y llevarte lejos de aquí. Pero no le digo nada de esto,
me limito a mirarla durante unos segundos a los ojos y a sonreír.
-Bien-miento-.
Echaba de menos todo esto.
Katniss
me abraza apoyando su cabeza en mi hombro y comienza a susurrarme
palabras que llegan a mis oídos de forma leve y algo distorsionadas.
Solloza un par de veces y me aprieta más contra su cuerpo. Yo la
rodeo con mis brazos y la mezo suavemente. ¿De qué va todo esto?
Quiero reprocharle la boda y sus hijos porque dijo que nunca iba a
tener algo de esto, sin embargo, en cuanto me dice “te quiero”,
el corazón se me dispara y me guardo las palabras para más tarde.
Cuando nos separamos y veo sus lágrimas resbalar y cómo tiembla
mientras dice Prim el alma se me hace pedazos. Si antes pensaba en no
retractarme, ahora sólo quiero retroceder en el tiempo y parar las
bombas.
-Lo
siento-admito-, siento mucho lo de Prim. Fue mi culpa. Katniss, no me
odies por eso.
-No
te odio, Gale, pero...-aparta su mirada de mis ojos y vuelve a
abrazarme.
Pero
no puede verme como lo hacía antes. Seguro que ahora, en cuanto se
cruza por su mente mi nombre, en cuanto piensa en mí, mira hacia ese
bosque, o simplemente, sueña con la muerte de Prim, el recuerdo que
le queda de mí es que era su mejor amigo, esa persona en la que
podía confiar, aquel que siempre estaba a su lado y que prometió
cuidar de su hermana pequeña. Gale, ese chico que faltó a su
promesa y de forma indirecta e inconsciente, mató a Prim.
Entiendo
perfectamente que me odie, que no quede nada del amor que pudo o no
pudo sentir. Entiendo que no quiera volver a hablarme en la vida. Lo
entiendo y me siento miserable.
-Sé
que nunca podrás volver a mirarme a los ojos sin que Prim acuda a tu
mente, Katniss. Y de verdad que lo siento, pero no puedo hacer nada.
-Lo
sé-afirma-, quiero volver a atrás pero es imposible.
No
decimos nada más. Nos integramos en el baile y me pregunto donde
estará Peeta. Por qué no está ahora mismo al lado de su mujer.
Miro en todas las direcciones, intentado encontrar a Haymitch, Effie
o a alguien conocido. Pero lo único que veo es cómo Oliver, Sarah,
Jaden y Finn se pierden por el bosque.
-Nuestros
hijos han ido a explorar-susurro.
-¿Qué?-se
separa un poco de mí.
-Acabo
de verlos irse por allí-señalo el bosque-. Tienes unos hijos
preciosos, Catnip.
-Oliver
también lo es-sonríe.
-Dijiste
que no ibas a tener hijos-le recuerdo.
Hace
una pausa y parece que se remonta a aquella conversación, justo la
mañana antes de que el nombre de su hermana saliera en la cosecha y
ella ocupara su puesto. Veo cómo se pierde en los recuerdos, cierra
los ojos y sacude la cabeza. Yo asiento, como diciendo que todo está
bien. No puedo obligarla a hacer lo que no quiere. Ella ha tomado sus
propias decisiones al igual que yo lo hice y no puedo culparla de
nada. Hemos cambiado. Somos diferentes a los que éramos aquella
mañana.
-Las
cosas son distintas-dice-. Nada es como lo imaginé hace años.
-¿Peeta?-pregunto
inconscientemente.
-Todo-afirma
y me da a entender que no es sólo por Peeta. Es que ha acabado la
opresión, es todo lo que ha vivido, la muerte de Prim, y sí, yo.
Nos
movemos al ritmo de la música. Hay algo en Katniss que no comprendo.
Es la actitud que tiene conmigo, el saber que ahora mismo lo que
siente es tristeza. Puede que sea el día más feliz de su vida, pero
siento que la Katniss a la que abandoné hace años está justo
enfrente de mí. Me mira como si tuviera 16 años y estuviéramos
solos en el bosque. ¿Qué está sintiendo ahora? ¿Por qué no dice
nada? ¿Por qué se limita a buscar la respuesta de lo que esconde en
su interior en mi mirada?
Suspiro.
Hay algo que no he hecho y que debería haber hecho en estos últimos
años. Ya que no he luchado por ella lo suficiente, al menos he de
despedirme, ¿no? Decirle todo lo que pienso y siento. Todo lo que
sentí. Ya no puedo perder nada, porque todo lo que podía perder ya
está fuera de mi alcance y por mucho que me cueste reconocerlo, nada
lo hará volver. Así que ya que ni somos lo que éramos, ni
volveremos a ser los mismos, sólo me queda rescatar los recuerdos
del pasado, mezclarlos con el presente y soltar el nudo que aprieta
mi garganta con fuerza.
Katniss
me abraza. Coloca sus manos alrededor de mi cuello y siento su
proximidad demasiado cerca. Me llega su dulce aroma, aquel del que
podía disfrutar tantos años atrás y sonrío de forma leve mientras
cierro los ojos y me aferro a ella por la cintura. Si supiera que no
está casada ni que tiene hijos y que está enamorada de Peeta, la
besaría justo ahora. Pero sé que si lo hago no ganaré nada bueno.
Nada.
-Hay
algo que quiero decirte, Catnip- trago saliva y me preparo
mentalmente en un segundo-. Es sobre nuestro pasado. Sobre nosotros-
ella intenta deshacerse de mí, pero la agarro con más fuerza y la
acerco a mí-. Tengo que despedirme, déjame hacer eso. Después te
prometo no volver a hablarte jamás de esto- asiente con la cabeza y
acerco mis labios a su oído-. Si te digo que no has sido la única
en ocupar mi corazón en toda mi vida, mentiría. Quizá nunca lo
dije de esta forma, quizá no luché demasiado por ti, pero...te amo,
y eso no se puede cambiar. Sé que ya no tengo posibilidad, pero
quiero que lo sepas. Puede que hayamos cambiado, pero no tiene por
qué acabar así. Siempre me tendrás aquí-no sé si tengo el
derecho a hacerlo pero pongo mi mano sobre su pecho, sobre donde está
el corazón y hago presión-. Siempre me has tenido, siempre. Desde
el momento en que llegaste a mi alma-hago otra pausa. Me cuesta
abrirme y más en estas circunstancias-. Te conozco como a nadie y no
quiero reconocerlo, pero temo haberte perdido. Nunca olvidaré cada
momento a tu lado, cada sonrisa que me has dedicado o cada vez que
nuestras manos se rozaron involuntariamente-así como cada beso que
te robé, cada suspiro, cada caricia, cada vez que he mirado a tus
ojos y una larga lista de cosas que solo acaban con el te quiero-. Te
he visto llorar, reír, luchar y amar. Tu fuerza es lo que me hacía
fijarme en ti. Tus ojos y tu forma de ser-me abraza con más fuerza y
creo que solloza, aunque sigo agarrándola con fuerza para que no se
vaya en este momento. No. Ahora me toca a mí-. Quería ser el padre
de tus hijos-confieso-, quería casarme contigo. Y sigo queriendo
serlo. Serlo todo para ti-dejo de hacer presión sobre su pecho y
bajo mi mano hasta encontrar la suya. Entrelazo nuestros dedos y me
aparto para mirarla a los ojos. Como pensaba sus ojos están
empañados en lágrimas. Me siento culpable por todo. Por no
habérmela llevado lejos del 12 aquella mañana. Por no haberla
querido más de lo que Peeta lo hace. Por haber matado a Prim. Por
todo. Pero ya es tarde. Lo sé todo de ella y ella de mí. Hermanos
se queda atrás. Teníamos más confianza que los mejores amigos.
Pero no llegábamos a ser nada más que eso. Katniss y Gale. Gale y
Katniss-. Te quiero, Katniss. Te echaré de menos. Perdóname por no
haber luchado lo suficiente.
Y
por todo en general. Me siento mal, destrozado por dentro. Pero ahora
que la he dejado ir un suspiro dentro de mí se prolonga. Puede que
ya nunca más pueda besar sus labios, ni mirar a las estrellas
juntos, ni cazar como antes, ni pasar todo el tiempo que pasábamos
el uno al lado del otro. Tampoco podré soñar con estar junto a ella
y ser todo lo que quiero ser. Pero está bien. Se acabó. No puedo
cambiarlo. No puedo y me mata. Pero conseguiré reunir las fuerzas
que necesito para superarlo de una vez por todas. Así que ahora sólo
me queda mirarla a los ojos y buscar una respuesta en ellos, ya que
sus labios parecen haberse sellado.
-Lo
siento-digo de nuevo por qué no había pensado en cómo le iba a
sentar o en cómo se lo iba a tomar.
Sacude
la cabeza y cierra los ojos. Luego intenta formar un sonrisa, pero le
tiemblan los labios y cuando abre los ojos de nuevo, no puede evitar
soltar las lágrimas. ¿Qué siente?¿¡Qué siente!?¡Demonios! Me
matan sus reacciones. Ahora no sé que pensar. ¿Creer en una
oportunidad remotamente posible? ¡Venga ya! ¿Quién sé lo cree?
Pero algo en mí acaba de cambiar. Es como si la reacción que acaba
de tener me hubiese dado lo que perdí. Como si Gale hubiera vuelto.
Me siento fuerte, incluso invencible. Tengo que buscar, encontrar y
aprovechar esa oportunidad. No todo está perdido. Katniss aún
siente algo por mí. Sí, aún. Lo veo en sus ojos, y sé que si esta
vez la dejo escapar entonces no me recuperaré. Podré perder o
ganar, pero lucharé. Nada va a ocupar su lugar.
Abre
la boca para decirme algo y las esperanzas no paran de aumentar en
mí, pero una voz la detiene. Me detiene. Detiene al mundo alrededor.
Todo se para. Y entonces, como si volviera la conexión que nos unía,
Katniss y yo nos miramos a los ojos, no separamos y cada uno tira
para un lado diferente.
Corro
por el bosque. No sé a donde habrán ido. No tengo ni idea de donde
están, pero he de encontrarlos. Todo lo que pensaba, lo que
imaginamos es cierto. Y no puede ser. ¿Qué haremos ahora? Ahora mi
mente sólo la ocupa Oliver. Lo llamo. Grito su nombre. Así como el
de Sarah, Jaden y Finnick. No puedo perder más tiempo. Pero hace ya
que no me muevo por aquí. Tengo que pensar como ellos. ¿Dónde
irían? Ni Finn ni mi hijo conocen sus entrañas y no me extrañaría
que Katniss llevara a sus hijos por aquí, así que he de pensar como
Katniss. ¿Dónde llevaría a sus hijos? Me dejo llevar por el
instinto y los acabo viendo en la orilla del lago. Los cuatro.
Juntos. Hablando. Y sólo pienso una cosa: no real.
primera en comentar! bieeeen!
ResponderEliminarme encanta! me encanta!. Espero que no tardes mucho para el siguiente, ¿y de cual punto de vista sera?
PD : VOY A MATAR A GALE.
xddd
Escribes muy muy muy muy bien en serio! Me encata, me deverías ver unas 10 veces al día pasandome por tu blog, por ver si has subido más !
Se me ha hecho muy corto :(
escribes de marabilla, me encanta!!!pero pobre gale, me da mucha pena.Para cuando el siguiente??
ResponderEliminarPaula: muchas gracias por leer y por pasarte tantas veces, eso me da ánimo para seguir escribiendo y hacerlo más deprisa. El siguiente punto de vista será el de Haymitch y finalmente Katniss ^^
ResponderEliminarLaura: muchas gracias a ti también. Gale me da algo de pena pero al ser Team Peeta me costó la vida poder hacerlo desde su punto de vista. El siguiente espero tenerlo pronto y no tardar tanto como con el de Gale. Mi intención es avanzar bastante la historia ya que dentro de nada empiezan las clases y podré escribir con mucha menos frecuencia, así que espero tenerlo para mañana o pasado como muy tarde.
Gracias a todos los que os pasáis y dedicáis algo de vuestro tiempo a leer :)
tengo muchisimas ganas de saber como es la de katniss pk despues de lo que le dijo gale, se puso a llorar y a el no le quedo muy calro si loseguia queriendo y ademas tambien quiero saber que les pasa alos niños aunque yo creo que estan junto lago.Muchas gracias a ti por escribir, me encanta, espero el siguiente con muchisimas ganas
ResponderEliminarEl texto esta muy bien ii tal peroo hayuna errata :(
ResponderEliminarKatniss y Peeta tienen a us hijos despues de quince años a sique Gale es imposible que tenga 19 el dia de su boda tendria 24 años o así. Eso si se casaron despues de tenerlos si noo si puede ser :/
Hola, Pandora :)
ResponderEliminarBueno, creo que me he perdido un poco en tu explicación de las edades, pero aún así voy a responderte :)
Antes de subir ningún capítulo hice una pequeña introducción en la que dije que aunque sabía, sé y sabré que Katniss y Peeta tuvieron a sus hijos después de 15 años, yo decidí cambiar un poco las edades más que nada para que no quedaran tan mayores. Por lo tanto Katniss y Peeta tienen 32 cuando se casan, así que Gale tiene 34 el día de la boda.