Me
quedo contemplando el cuadro que Effie y mis hijos han colocado en el
salón de Haymitch sin atender a las palabras que los presentes en la
habitación dicen. Estoy demasiado confusa como para entenderlas
porque quizá me esté pasando lo que me pasó después de matar a
Coin. Creo que he entrado en un estado en el que vuelvo a estar
mentalmente desorientada, aunque quizá solo sea la presión y el
pánico apoderándose de mí. Sea como sea, el cuadro de Peeta hace
que me quede observando cada detalle del mismo, incluso palpando
algunas zonas de la pintura y maravillándome de lo reales que somos
ahí dentro, de lo felices que parecemos, de que no hay ninguna
preocupación. Es como si ese cuadro fuera la realidad y esta imagen
de Peeta, mi madre, Cinna, mis estilistas, Paylor, Beetee, Haymitch,
Effie, Enobaria, Johanna, Annie, los niños y Gale no fuera más que
un cuadro retratando el horror de cada uno de nosotros. Si Peeta
cogiera un lienzo, un pincel y una paleta de colores estoy segura de
que podría pintar todo lo que mis ojos y mi mente me dicen.
Sigo
mirando el cuadro, no quiero atender a los demás y me da igual si
tienen que decir algo importante. Ya he escuchado suficiente por hoy.
No quiero saber nada más de elecciones, de políticos corruptos,
gente amenazando a mis hijos o a mí misma, ni nada más de lo que me
han contado de vuelta a la Aldea de los Vencedores. Hoy es mi día.
Era mi día. ¿Por qué simplemente no puedo pasar un día tranquila,
sin preocupaciones y sin nadie poniéndome la espada en el pecho?
¿Por qué hoy, precisamente el día de mi boda, tienen que llegar
para estropearlo?
El
timbre de la puerta me asusta. No sé por qué. No sé por qué
siento la necesidad de bloquear las ventanas y no dejar que la
persona que haya detrás de ella pase dentro. Un mal presentimiento,
una mala noticia viene acompañada de esa persona. Pero mi cuerpo no
está decidido a cooperar y no se mueve. Peeta abre la puerta y tras
de él veo a Caesar Flickerman con el pelo y las cejas morados. Casi
igual que cuando lo vi la última vez y me quedo asombrada. Viene
hacia mí directamente y me abraza.
-Quería
darte mi más sincera enhorabuena y pedirte perdón por no haber
llegado a tiempo-dice, entonces se coloca a mi lado y mira al resto-.
Ha habido muchos problemas con el transporte. A mi no me dejaron
subir en el tren que iba directo al 12 esta mañana y por lo tanto no
he podido asistir. Pero al menos no ha sido en vano-hace una pausa y
mira a Paylor directamente-. Puede que muchos de vosotros aún me
veáis como un títere del Capitolio, pero he sufrido y aprendido
todas las lecciones.
-¿Traes
noticias?
Asiente
con la cabeza y me mira a los ojos. Se muerde el labio inferior y
suspira. ¿Qué pasa? Miro a mi alrededor. Todas esas caras tan
familiares y conocidas me observan y apartan la vista enseguida. Hay
algo que todos sabes y yo no. Algo que seguramente me han ocultado
más tiempo del que creo y ahora ninguno tiene el valor suficiente
para decírmelo. Pero aguardo en silencio devolviendo cada mirada con
el doble de furia que puedo contener dentro. Al final Paylor es
quién decide comunicármelo.
-Katniss-
comienza y sé que no es nada bueno-, hay ciertas cosas que te hemos
ocultado estas últimas semanas.
-No
queríamos que sufrieras más-continua Peeta intentando justificar al
resto.
-Pero
creíamos que era lo mejor en su momento ya que parecía que entre
todos podíamos solucionarlo-dice Beetee-. Aunque parece que no ha
sido posible.
Todos,
absolutamente todos en la sala menos Gale, agachan la cabeza. Miran
sus pies y algunos se llevan las manos al rostro. Yo no dejo de
preguntarme que podría ser eso tan horrible que han tenido que
ocultarme y que ahora está causando este caos. Aunque algo en mi
interior me da la respuesta.
-Decidme
lo que es. Quiero saberlo, me da igual si me hace daño o no pero
necesito saber qué es.
Haymitch
levanta la cabeza y camina despacio hacia mí. Cuando lo tengo
enfrente se vuelve al cuadro y lo señala. Veo que sus ojos se
empañan en lágrimas y el corazón se me hace minúsculo.
-¿Qué
ves?-pregunta pero no contesto-. Es una gran familia feliz y sin
problemas. A salvo y sin daño, ¿verdad?-continúa.
-Sí-confirmo
y miro el cuadro buscando alguna pista en él que me conduzca al
grano.
-¿Qué
más?¿Qué ha plasmado Peeta ahí dentro?
Muchas
cosas. Todo en definitiva. La felicidad, la alegría, el saber que no
hay más Juegos, la unidad, la fraternidad, el amor, lo que es
imposible se vuelve posible...A mí por lo menos me transmite una
infinidad de sentimientos.
-¿Vida?-contesto.
-Exacto-confirma-.
¿Qué es lo que hace que no estés vivo?
-La
muerte-no sé por dónde me quiere llevar, pero por ahora no lo está
consiguiendo y eso que él y yo nos entendemos a la perfección.
-Si,
Katniss, todos morimos. Pero me refiero a que si estás a salvo,
vivo, sin daño, sin preocupaciones y peligros, ¿qué es lo único
que conozcas que puede arrebatarte todo eso?
Mi
mente viaja tiempo atrás. Se remonta a mis once años, mi padre
muerto, mi hermana muriendo, mi madre igual y yo camino de lo mismo.
Mi desesperación por mantenernos con vida, el hambre que pasábamos,
el frío, las incomodidades, la falta de sueño, de vida, de alegría,
la opresión. El miedo de que al cumplir los doce tu nombre estuviera
escrito en un papeleta que podía llevarte a una muerte segura. El
tener que verte obligado a pedir teselas porque no te queda otra si
quieres llevarte algo a la boca. El miedo que me producía todo
aquello y lo valiente que me hizo en su día.
Las
cosechas año tras año, sin remedio, sin justicia. Un mundo que
sabes que tienes que afrontar. Tus amigos yendo a los Juegos, tú
presentándote voluntario en lugar de tu hermano. Prim. Primrose
Everdeen. El pánico tan grande, tan real y tan fuerte cuando escuché
su nombre. Cuando mi pobre y pequeña hermana caminó hacia el
escenario.
El
Capitolio y sus horribles Juegos. El desfile, las entrevistas, los
entrenamientos y la Arena, como no. El tener que luchar contra todo
si quieres vivir. El no comprender eso de no ser una pieza de sus
juegos pero provocar un levantamiento tras otro por mi actitud. Peeta
muriendo, yo muriendo, Rue muriendo. Cato, Glimmer y Marvel. Thresh y
Clove. Los mutos. La comadreja. Todo eso que me ha ido haciendo
valiente, que me ha hecho luchar, que me ha mantenido de pie. Todas
esas muertes, esos primeros Juegos, esos segundos Juegos, esa
rebelión, se apoderan de mi y me golpean. Las heridas cicatrizadas
vuelven a abrirse y necesito sujetarme en la pared.
Los
recuerdos siguen fluyendo como si un río se estuviera descongelando
después de años de letargo. La gira de los vencedores, Snow
amenazándome, Gale sangrando. El Vasallaje. Todos esos vencedores
reunidos en una nueva Arena dispuestos a combatir para perdurar o a
morir para que los demás tengan una posibilidad de dar la vuelta a
Panem. Peeta tendido en el suelo sin respirar. El recuerdo fugaz de
nuestro hijo inventado para los patrocinadores. La sed y el hambre.
Mi arco y mis flechas. La perla, la noche en la playa y multitud de
pequeños detalles que ni sabía que estaban ahí. Los mutos de nuevo
y la voz de mi hermana gritando por toda la jungla.
El
horror que viví una vez salvada. Y ahora viene la lucha Peeta-Gale,
ser o no ser el Sinsajo, andar perdida por culpa del secuestro de
Peeta. Creer que el 13 es algo surrealista aún viviendo en él. La
rebelión. Las muertes a mi paso. Las calles del Capitolio. La
crueldad. Finnick.
Se
acabó. No puedo más. No puedo llegar a la parte final donde mi
hermana muere. No puedo dejar que Prim muera de nuevo en mis
recuerdos, eso me duele demasiado. Pero aún así, aunque no llegue
directamente a esa parte, aunque me prohíba recordarlo, todo lo
demás acaba por hacerme ver lo que Haymitch quiere decir y dejo que
todo ese peso, toda esa vasta carga de sentimientos, negatividad,
muerte y dolor acaben por derrotarme y entonces mis rodillas fallan y
caigo al suelo.
Pestañeo
intentado recuperarme del shock, pero es algo que me ha dejado
bastante conmocionada. Quizá solo haya sido un cúmulo de cosas las
que me hayan llevado a pensar tal circunstancia, pero puede que de
verdad haya entendido al mentor. Sé que todo el mundo tiene la
atención puesta en mí, pero ahora mismo eso me da igual.
-No
puede ser-musito con la voz ronca-. Me niego-y sacudo la cabeza.
Justo
cuando voy a declarar en público mis pensamientos, alguien enciende
la televisión (Paylor, creo) y no me atrevo a mirar a la pantalla.
No tardo en descubrir la respuesta.
-El
nuevo presidente de Panem, August Paladecki, quiere pronunciar un
breve comunicado para la población-suena la voz de una
presentadora-. Pero antes queremos dejarles en exclusiva imágenes
inéditas de la boda de Katniss Everdeen y Peeta Mellark.
Eso,
por supuesto, reclama mi atención y levanto la cabeza para mirar
algunas fotos de la Pradera, de la ceremonia y del baile.
-¡Eso
es imposible!-exclama Effie-. Mira que me encargué de
todo-refunfuña.
A
continuación veo la cara del nuevo presidente. A pesar de lo que
creía es joven. No superará los cuarenta años, sí, incluso me
aventuro a decir que tiene más o menos mi edad, aunque teniendo en
cuenta la cirugía que allí, cualquiera sabe. August se aclara la
garganta, pone los papeles en su sitio, sonríe hacia la cámara y
procede a pronunciar su discurso:
-Ciudadanos
de Panem, me alegra poder ser vuestro presidente desde este preciso
instante. No sé que sabe cada uno de ustedes sobre lo que era un rey
absolutista en tiempos antiguos, pero era todo un privilegio. De
hecho, ahora podréis tener el honor de ser parte de un gobierno
absolutista que velará por vuestro bien, como siempre-hace una pausa
para cambiar de hoja y traga saliva-. Hemos pasado quince años de
prosperidad. La tierra se ha regenerado, la población es joven, los
ciudadanos son ejemplo de sacrificio y aquellos que sobrevivieron a
la rebelión todo un ejemplo a seguir. No hay que irse muy lejos,
todos conocemos a la señorita, perdón, señora Everdeen, aunque ya
sea Mellark. Ella es todo un ejemplo de sacrificio y valentía,
¿verdad? Sobrevivió a dos Juegos del Hambre y encima se coronó
Sinsajo. Increíble. Me pregunto si sus dos hijos serán como ella,
¿no sería interesante descubrirlo?
<<Pero
no estoy aquí para hablar de Katniss. Estoy aquí para prometeros
seguridad e igualdad. Sí. Puede que muchas decisiones a partir de
ahora las tome y nadie pueda refutarlas y mucho menos negarse a
ellas, pero la igualdad entre ciudadanos normales es lo que busco. Lo
que me importa. Ese es el problema fundamental que muchas
civilizaciones, imperios y reinos han tenido a lo largo de los
siglos. Y durante mi gobierno, dure más o dure menos, es lo que voy
a conseguir.
<<Pensemos
pues en lo que falló en el penúltimo gobierno que hemos tenido.
¿Los Juegos? Supongo que ahora todo estaréis asintiendo en vuestras
casas. Pero, os propongo otra pregunta, ¿qué falló de los Juegos?
Sí, fue la no igualdad. Mientras que existía un Distrito 13
conspirando y el Capitolio se emborrachaba y disfrutaba. 12 distritos
eran condenados año tras año viviendo injusticias. Por suerte eso
terminó. Y vuelvo a mencionar a Katniss, nuestro querido Sinsajo que
acabó con Snow. ¿Os acordáis de él? Yo sí. Como si lo viera
todos los días. Y para una persona que no vivió junto a él mucho
tiempo puede pensar lo que quiera. Que si era un tirano, que si
gobernaba mediante la esclavitud y las amenazas, que si robaba...
Bien puede ser cierto. Sin embargo yo he vivido junto a él desde que
nací. Me cuidó y me enseñó y ahora retomo su camino en el poder.
Mi abuelo era un hombre que no se merecía morir en tales
circunstancias, pero al menos me enseñó que sus errores se podían
enmendar y hacer de Panem una nación verdaderamente unida.
<<Después
de esto, solo me queda una cosa que decir y la más importante.
Quiero que todos vosotros, independientemente de qué distrito seáis,
escuchéis con atención lo que voy a decir. Panem contribuirá en
unidad al desarrollo de los bienes materiales, los sectores de la
agricultura, ganadería, minería, pesca y madera. Los distritos 10,
11, 12, 4 y 7 volverán a tener sus funciones como lo hacían cuando
el Presidente Snow gobernaba. Estos se encargarán del abastecimiento
del Capitolio y el distrito 13. Los distritos 1, 2 y 8 proporcionarán
los artículos necesarios para la vida cotidiana y tendrán que
abastecerse a ellos mismos. El distrito 5 estará encargado de todo
el sistema eléctrico de Panem, ampliando así sus fronteras con el
distrito 4 y también se encargará de proporcionar el alimento
necesario a éstos últimos. Los distritos 3 y 6 deberán abastecerse
mutuamente mientras trabajan codo con codo en las tareas asignadas.
Por último el 9 tendrá una función menos representativa aunque
tendrá que aportar anualmente una cantidad específica de grano para
los distritos 4 y 12. El distrito 13 tiene una función especial que
no se mencionará en este comunicado.
<<Estas
son las nuevas leyes: habrá un número determinado de agentes de la
paz por distrito y zona. La áreas señaladas como prohibidas serán
intraspasables. No se permite la caza furtiva en ningún distrito,
siendo únicamente el 9 y el 12 los únicos donde habrá cazadores
experimentados y contados en un censo que se repartirán y solo
podrán ejercer su cargo en las fechas señaladas. Igualdad ante
todos. Respeto al nuevo presidente e unidad unos para con otros.
Siguen vigentes todas las anteriores normas con posibilidad de
modificación en los siguientes días.
<<último
punto. Panem acogerá un tradición anulada considerando así estos
quince años un período de descanso. Durante tres años un grupo
cuidadosamente seleccionado y altamente secreto ha estado diseñando
lo que será el nuevo estadio de los Septuagésimo Séptimos Juegos
del Hambre que acontecerán dentro de un mes exactamente. El
dieciocho de septiembre, cumpliéndose así un mes de mi mandato, un
nueva cosecha resurgirá de las cenizas. Pero, esta vez, hay reglas
que se han cambiado ya que las de antes no permitían una absoluta
igualdad. Este año, y a partir de ahora, década tras década, el
Distrito 13 y el Capitolio entrarán en el sorteo, siendo así
veintiocho los tributos que deberán luchar a muerte hasta que solo
uno quede vivo. A este último tributo, vencedor, se le concederán
riquezas y honores nunca antes vistos. Otra nueva regla es que la
edad ahora es de once a dieciocho. Además las teselas van a
desaparecer. Cada año se irá sumando el número de papeletas de
cuántos años has participado aparte de la propia papeleta de dicho
año multiplicado por dos. Es decir, que si a los once tienes dos, a
los doce tendrás cuatro, a los trece seis y así sucesivamente. Los
demás procedimientos vienen a ser los mismos. Y ahora solo queda
decir que tengáis unos felices Juegos del Hambre, y que la suerte
esté siempre de vuestra parte.
Pum-pum.
Pum-pum-pum. Pum. El corazón de martillea constantemente en la sien
mientras mi boca está completamente abierta y mis brazos tendidos en
el suelo mientras intento encontrar la cámara oculta. Esto es una
broma, así de claro y de simple. Porque claro, después de todo lo
pasado y todo lo vivido esto no puede ser más que una gran mentira.
La
gente a mi alrededor empalidece. Algunos se vuelven locos y comienzan
a correr y gritar. Yo tengo un conflicto interno sobre si desmayarme
o aguantar un poco más. Las reacciones me demuestran que ni ellos
mismos se lo explican, ni esperaban y que no es una broma. Respiro
profundamente y mi mente comienza a funcionar. Es como si desde este
mismo instante me transportara los juegos y tuviera que pensar una
estrategia o algo para salvarnos. Son mis hijos los que están en
peligro. Y más ahora que hasta un niño de once años puede salir
elegido. Si las probabilidades de sobrevivir y ganar con doce son
remotas, con un año menos son casi imposibles.
He
de poner a Sarah y Jaden a salvo, he de llevármelos lejos de aquí.
Sí. Peeta me lo prometió. Si les pasaba algo, si cualquier cosa
hacía que me entrase el pánico de esta forma entonces huiríamos al
bosque. Y Gale está aquí, él puede venirse con nosotros. Oliver
tiene catorce años y puede salir perfectamente. Lo mismo ocurre con
Finn que tiene un año más.
-Al
bosque-digo-. Yo me voy al bosque con mis hijos, no pienso dejar que
un gobierno absolutista y tirano vuelva a arrebatarme algo, y menos a
ellos.
-Por
supuesto-dice Peeta que no parecía reaccionar hasta ahora-. Vayamos
a casa a recoger las cosas necesarias. Puede venirse el que quiera.
-Me
apunto-dice Gale-. No podría soportar ver a mi hijo ir a uno de esos
asquerosos juegos.
-Y
yo no me quedo atrás-dice Annie-. Finnick nunca habría permitido
que su hijo participara en unos.
Asentimos
los cuatro mientras los otros piensan qué hacer. La verdad es que no
importa mucho ya que ellos no tienen hijos y no les afecta. Lo único
sería el yugo que deberían soportar al tener que estar trabajando
hasta alcanzar un número determinado de lo que les corresponda. Sé
que Paylor tiene que recuperarse y que seguramente ya tenga algún
plan en mente para hacer que August deje el puesto. Effie no vendrá,
no tiene nada qué perder y algo me dice que mi camino se separará
del de Haymitch pues no la va a dejar sola. Mi madre nunca ha sido
propensa a ir por el bosque, sin embargo, da unos pasos firmes y
decididos y me coge la cara entre sus manos:
-Ya
me he perdido cómo han crecido y no me voy a perder cómo van a ser
libres.
-Y
necesitaréis que alguien os proteja-dice de repente Johanna-. Total, no hay mucho que hacer por el 7.
Hola¡¡¡ Mira, hace poco te comente que iba a escribir un blog, pues ya lo he comenzado y me gustaria que me dieras tu opinion. No es tan bueno como el tuyo, pero espero que no este mal. MIRA. http://destinofama.metroblog.com
ResponderEliminarY por cierto, me encanta tu blog¡¡¡
POr favor, visita el mio y dame tu opinion, es importante para mi. Muchas gracias.
Por supuesto Alejandra, ahora mismo lo miro y comento :) Aprovecho también para decirte que he creado otro blog sobre una historia aparte de LJDH y que si quieres, te invito a leer. Este es el link: http://thepriceofthetruth.blogspot.com.es/
ResponderEliminarY no digas que el tuyo no es tan bueno como el mío porque seguro que lo es :)
Un beso!
Edito: Acabo de mirarlo y hubiese comentado allí, pero no tengo cuenta en metroblog. Aún así, en cuanto saque algo de tiempo, me la haré para seguirte. Me parece muy bien que escribas, de verdad, y quiero seguir leyéndote ^.^
Muchsimas gracias¡¡¡ Me siento muy honrada de que tu lo leas, eres genial, y que tu me sigas es increible porque te admiro mucho.
EliminarEnseguida miro tu nuevo blog, y seguro que me encanta tanto como este.
Un beso¡¡